viernes, 20 de enero de 2012

otra pa josealfredo

Decidió apartarse de todas las chingaderas que le envenenaron las arterias de sangre nueva y se fué de hermitaño a fermentar en su cuerpo sus propias memorias y despidió a causa de esto un aroma de vida añeja aún en la plenitud de su existencia y muchos como él pero menos meritorios vinieron a morar en su cercanía y lo siguieron a dondequiera que fuera y de hermitaño no le quedó más que la intención, porque tenía todo un pueblo de ellos pululando a sus alrededores y dijo al final, a una casi como él, sin más intenciones de quedarse entre ellos como las que tuvo al principio "¿pos no ves que me estoy muriendo, cabrona?".