Cuando callaron los zumbidos, el suelo comenzó a cubrirse de cadáveres. Arrancadas por su propio frenetismo, llovieron tantas alas en el otoño de los insectos que, al respirar, entraban en nuestros pulmones memorias translúcidas de vuelos mezcladas con el aire. ¿Cuántas avispas hubo en el avispero? Todas las que hubieron, hay; tapizando el mundo con su veneno dormido.
1 comentario:
No son avispas vato, son abejas de gto ;)
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