martes, 23 de septiembre de 2008

Un pedazo de Subsuelo

Había que vivir el ocioso vaivén entre los distintos submundos para saber que iba a gustarme.

Una mañana me juego el pellejo en cada semáforo. Otra coqueteo. Juego con las miradas jóvenes de las madres que no se acostumbran todavía a la idea de cargar en el asiento de atrás a las almas recién nacidas que han de asesinarles con los años el afán del coito multitudinario y secuencial. Yo me divierto haciéndolas creer con una sonrisa que pueden seguir prometiendo miradas de noches feroces, de danzas en las que el cansancio empuja más de lo que frena.

De una de ésas tengo ganas yo y tu lo sabes y te escapas. Tu presencia se vuelve escurridiza entre mis venas y yo me lanzo a recogerte. En la cacería se borran todos los paisajes y el resto de la tarde se convierte en hielo.

Por fin, a la noche, te tengo.

Te rompo el cielo entre las piernas y se te salen por los ojos las estrellas.

Sin respeto al silencio ajeno y en la oscuridad del mundo, rajan las ventanas los colores de tu voz.

Se despereza a lo lejos la culpa y sin embargo no nos ve, no nos toca.

1 comentario:

DISTOPIAS dijo...

... lindas letras...

más bellas noches deben ser.


- cielos rotos entre piernas-

lindas letras!

Estellas saliendo de por los ojos!

...

un saludo!

me gustó tu texto!