Si te vas, haz el favor de envolver los recuerdos que tienes conmigo, llevártelos y no abrirlos.
Si me voy yo, ocúpate por favor de envolverlos de la misma manera y enterrarlos.
Si nos vamos los dos, concédeme el placer de dispersarlos debajo del colchón, para que todas las historias que tuvimos sin ataduras se evaporen al calor de otros cuerpos, aunque quizá luego sea uno de ellos el tuyo.
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