Mi paisaje ha de ser de plastilina.
Ha de moldearse por las manos de quienes quieran estropearlo, para que no se les antoje.
Deberá tener un oasis lejano y unas cortinas de fuego. Nada bello, nada atractivo. Tendrá que poseer una carga saturada de ansiedad y desesperación. Lo único bueno de mi paisaje seré yo, un punto diminuto que nadie note, un punto pequeño donde no quepa más nadie.
Resumiendo, de un blanco endemoniado ha de ser mi paisaje.
2 comentarios:
Un blanco puro? qué tal un negro inmaculado?
Yo los prefiero policromáticos.. matizados...
Variados..
con sabor y sin-sabor
:)
Publicar un comentario